Proyecto discopal.

ESTADO DEL ARTE

La flota pesquera artesanal gallega faena en las aguas interiores de la Comunidad Autónoma de Galicia, delimitada a efectos administrativos en una serie de zonas costeras gestionadas en materia de pesca según la legislación autonómica. Este caladero gallego forma a su vez parte de las aguas costeras del caladero de ámbito estatal denominado Cantábrico-Noroeste. La parte gallega de este caladero está incluida en las zonas ICES (International Council for the Exploration of the Sea) VIII C (Ribadeo a Costa da Morte) y IXa (Costa da Morte a Tui).  Las zonas de pesca habituales de esta flota son las rías y zonas marinas costeras que se extienden a partir  de la línea de base natural/recta de referencia por cada zona administrativa (9 zonas), indicadas en la legislación sectorial de la Comunidad Autónoma.

Debido a las características estructurales y dimensionales de los aparejos y de las embarcaciones, junto a la mayor especificidad de algunas artes, se podría afirmar que de forma general las artes menores son mucho más selectivas, tanto intraespecífica como interespecíficamente, que las artes de la flota de carácter más industrial (litoral y altura). Aún así, aunque el impacto ejercido por este segmento extractivo es más limitado, el nuevo Libro Verde de la PPC publicado en 2009, en su punto 5.1., sobre si convendría establecer un régimen pesquero diferenciado para proteger las flotas artesanales, propugna que efectivamente así sea, apuntando a una gestión diferenciada entre las de altura y las artesanales.

La flota artesanal trabaja con una gran variedad de artes y aparejos. Se utiliza una u otra clase según las especies objetivo a capturar sean pelágicas, bentónicas o demersales; según el tipo de hábitat de las especies objetivo (fondos arenosos, rocosos, fangosos, algares…) y de la profundidad, de la etología o comportamiento ecológico de las especies, de su proximidad a tierra, etc.  Las principales artes utilizados por la flota en cuanto a número de embarcaciones son: marisqueo desde embarcación o “a vara”, nasas (nécora y pulpo), trasmallos y miños, betas, liña o cordel.

Dejando al margen las nasas, que persiguen un tipo de capturas centradas básicamente en especies de crustáceos y cefalópodos, y de las que queda constancia tienen una demanda muy elevada, nos encontramos con que son las artes de enmalle (Miños, Betas, Trasmallos), que buscan especialmente la captura de diversas especies de peces, las más frecuentadas. No se dispone de datos contrastados, y un análisis exhaustivo de las capturas tampoco serviría dado que los peces son especialmente susceptibles de capturarse con artes de enmalle o de anzuelo, pero voces del propio sector desvelan que son las artes de enmalle (al margen de nasas) las que objetiva y realmente utiliza de forma masiva la flota, mientras que aquellas como el palangrillo, con un impacto sobre el medio mucho más racional y cuyas capturas son más valoradas en el mercado, las que están olvidadas aunque teóricamente, y según el censo referido, son también utilizadas.

Cabria preguntarse cuál es la razón por la cuál el uso de las artes de anzuelo, y en especial el palangrillo, están tan olvidadas cuando sus ventajas, tanto para el medio marino como para la comercialización de las capturas, son tan evidentes.